Tercer Encuentro: "EL YO Y EL OBJETO. Cap I.- Pulsiones Sexuales y Pulsiones del Yo. Sobre la Importancia de la Sexualidad"
Presentación realizada en SEMINARIO: "Los Cuatro Conceptos Fundamentales de Lacan, en Freud". Año 2012.
Uno de los temas importantes de las sesiones anteriores fue concluir quela Pulsión es indestructible, incognoscible e imposible de satisfacer. Debido a estas características es que todo apunta a la pregunta: "¿Qué hacer con la Pulsión?"
Freud realizó múltiples teorías sobre la pulsión y modificaciones a éstas a lo largo de su obra. En 1910 planteó la Primera Teoría de las Pulsiones, en la cual distinguió las pulsiones del YO y las pulsiones sexuales. En su texto "Libido y Narcisismo" se pregunta por la relación entre ambas y por sus fuentes de energía: si son de naturaleza diferente o si provienen de un mismo origen. Si resultara ser esto último ¿Cuando se separarían?
Las pulsiones del yo, o de conservación, se refieren al “conjunto de necesidades ligadas a las funciones corporales que se requieren para la conservación de la vida de la persona (por ejemplo, el hambre)". Su funcionamiento está determinado por el aparato somático, su objeto está delimitado desde un principio y solo pueden satisfacerse con un objeto real. Estas pulsiones realizan rápidamente el tránsito del principio de placer a principio de realidad, convirtiéndose incluso en “agentes de la realidad”.
Las pulsiones sexuales se refieren a los revestimientos o catexis de energía, que se realizan sobre un objeto externo o sobre el yo. Su objeto no está delimitado a priori y pueden satisfacerse en forma fantasmática. Además, permanecen más tiempo bajo el dominio del principio de placer, retardándose en tomar en cuenta la realidad.
Uno de los temas importantes de las sesiones anteriores fue concluir que
Freud realizó múltiples teorías sobre la pulsión y modificaciones a éstas a lo largo de su obra. En 1910 planteó la Primera Teoría de las Pulsiones, en la cual distinguió las pulsiones del YO y las pulsiones sexuales. En su texto "Libido y Narcisismo" se pregunta por la relación entre ambas y por sus fuentes de energía: si son de naturaleza diferente o si provienen de un mismo origen. Si resultara ser esto último ¿Cuando se separarían?
Las pulsiones del yo, o de conservación, se refieren al “conjunto de necesidades ligadas a las funciones corporales que se requieren para la conservación de la vida de la persona (por ejemplo, el hambre)". Su funcionamiento está determinado por el aparato somático, su objeto está delimitado desde un principio y solo pueden satisfacerse con un objeto real. Estas pulsiones realizan rápidamente el tránsito del principio de placer a principio de realidad, convirtiéndose incluso en “agentes de la realidad”.
Las pulsiones sexuales se refieren a los revestimientos o catexis de energía, que se realizan sobre un objeto externo o sobre el yo. Su objeto no está delimitado a priori y pueden satisfacerse en forma fantasmática. Además, permanecen más tiempo bajo el dominio del principio de placer, retardándose en tomar en cuenta la realidad.
Si bien las pulsiones sexuales funcionan de forma autónoma, Freud desde antes de 1910 tenía la idea de que en su origen, se apoyaban en otro tipo de pulsiones. De esta manera, planteó que las funciones vitales le proporcionarían a las sexuales, una fuente orgánica, una dirección y un objeto, por lo que en un principio su modo de satisfacción sería solo a partir de un beneficio marginal de éstas: "son las pulsiones de conservación las que indican a la sexualidad el camino hacia el objeto", dice Freud.
En relación a la pregunta inicial de Freud sobre las fuentes de origen de las pulsiones, algunos psicoanalistas como Jung, proponían llamarle "libido" a toda la energía humana, independiente de su manifestación. Sin embargo, Freud fue enfático en plantear que es imposible eliminar de la vida psíquica la función sexual y que hay que darle un lugar especial, a no ser que se hablara de "libido sexual" y "libido a-sexual". Desde este planteamiento, llamará "libido" a las investiduras referidas a la pulsión sexual e "Interés" a los revestimientos vinculados a la pulsión de conservación.
Dice Freud: "La sexualidad es la única de las funciones del organismo animado que, traspasando los límites individuales, asegura el enlace del individuo con la especie. Sin embargo, su función no siempre es útil y provechosa, ya que a veces lo expone a graves y fatales peligros para la existencia, a cambio del placer que le otorga."
Aún cuando las pulsiones sexuales estén comandadas en un inicio por las de conservación, las transformaciones de su energía libidinal irán determinando el destino final del funcionamiento de las fuerzas psíquicas, ya que serán coartadas por los efectos de la represión y obligadas a realizar rodeos para alcanzar su satisfacción. Debido a esta libido insatisfecha, las pulsiones sexuales van a tener mayor relación con los estados de angustia.
Dice Freud: "La sexualidad es la única de las funciones del organismo animado que, traspasando los límites individuales, asegura el enlace del individuo con la especie. Sin embargo, su función no siempre es útil y provechosa, ya que a veces lo expone a graves y fatales peligros para la existencia, a cambio del placer que le otorga."
Aún cuando las pulsiones sexuales estén comandadas en un inicio por las de conservación, las transformaciones de su energía libidinal irán determinando el destino final del funcionamiento de las fuerzas psíquicas, ya que serán coartadas por los efectos de la represión y obligadas a realizar rodeos para alcanzar su satisfacción. Debido a esta libido insatisfecha, las pulsiones sexuales van a tener mayor relación con los estados de angustia.
El sentido de entender este concepto de "apoyo" o "apuntalamiento" de parte de las funciones somáticas hacia las pulsiones sexuales, es el de empezar a establecer ciertas distinciones en relación a las ligazones y recorridos que pueda realizar la pulsión. Además de visualizar la relevancia que le otorgaba Freud a la sexualidad, en toda actividad humana.
Viene de: Segundo encuentro “Compulsión a Repetir, una Manera Especial de Recordar”
Continúa en: "EL YO Y EL OBJETO. Cap II.- Sobre el Retorno al YO"
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