“PULSIONES y SOCIEDAD DE CONSUMO, una Promesa sin Fin” Cap II.- Lazos entre la Sexualidad y las Funciones Vitales del Niño, en Freud

Freud va estableciendo lazos entre la sexualidad y las funciones vitales del niño. Por ejemplo, el niño de pecho absorbe alimentos y luego de mamar se duerme sobre el seno de la madre. Después comienza nuevamente la absorción de alimentos, no por el estimulo del hambre, sino por el acto mismo que la absorción trae consigo. De esta manera, el chupeteo del niño produce la satisfacción y este placer va quedando separado de la absorción de alimentos. La zona bucolabial se transforma en una zona erógena y el acto de chupar es similar a un placer sexual. Luego, el niño abandona el seno materno y lo reemplaza por una parte del cuerpo (dedo pulgar, lengua), procurándose placer sin necesidad del mundo exterior. El chupeteo satisface las necesidades orgánicas y, a la vez, es auto erótico, ya que va encontrando sus objetos en el propio cuerpo del sujeto.

Este ejemplo da cuenta cómo el acto de mamar satisface, al mismo tiempo, dos grandes necesidades de la vida: la función vital del alimento y la gran importancia psíquica que este acto conlleva, en tanto el pecho materno se convertiría en el primer objeto de pulsión sexual y el punto de partida de la vida sexual posterior. Las huellas persistirían toda la vida, actuando sobre la posterior elección de objeto y ejerciendo influencia en sus transformaciones y sustituciones.  

El otro momento importante del niño en el cual se establece este lazo es en las excreciones. El acto de orinar y de defecar producen una sensación de placer, el niño al principio considera estos actos como parte del propio cuerpo, separándose de ellos contra su voluntad y utilizándolos como “primer regalo”, distinguiendo así a las personas que aprecia. Luego transporta sobre los conceptos “regalo” y “dinero” el valor que concedió a los excrementos y, además, se muestra orgulloso en relación a los éxitos que se vinculan al orinar. De esta manera, la defecación se transforma en una fuente de satisfacción sexual, los excrementos en una sustancia preciosa y el ano en un órgano sexual.  

En el proceso vinculado a las excreciones existe una lucha mayor con el mundo externo, ya que este acto presenta mayor hostilidad frente a esta búsqueda de placer y lo obliga a renunciar a este, relacionando estas funciones con la indecencia y con la necesidad de que permanezca en secreto. El niño debe renunciar al placer en nombre de la dignidad social.

Otro momento importante de la infancia es la curiosidad e investigación sexual, la que se realiza desde muy temprano y que se relaciona con el tema de la presencia/ausencia de pene, el complejo de castración y la pregunta por el nacimiento de los niños.

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