"LA DOLOROSA AVENTURA INFANTIL. Cap II.- Sobre lo Sexual, momentos de la función libidinal"

¿Por qué se atribuye el nombre de “sexual” a manifestaciones de infancia, indefinibles, de las que más adelante surge algo sexual? 

¿Por qué se atribuye una vida sexual en niños recién nacidos? 

¿No sería mejor decir que en el niño de pecho se observan actividades que demuestran tendencias a conseguir placer a través de determinados órganos

¿Se podría hablar de "placer de órgano"? 

Freud se hace estas preguntas a partir de observaciones a posteriori, del análisis de síntomas de sus pacientes. Reconoce que se sabe poco del placer producido por órganos y de sus condiciones. De hecho, no es posible saber si todos estos tipos de placeres pueden ser clasificados por sexual o si son de naturaleza distinta.

Por ahora se planteará que en la sexualidad llamada "normal", la función de la libido presenta un primer momento de incoherencia, de anarquía, en la que existen tendencias parciales que ejercen actividades independientes, en busca del placer local procurado por órganos. En un segundo momento, esta anarquía es mitigada por predisposición a organizaciones pre-genitales que desembocan en una fase oral (la más primitiva) y una fase sádico-anal. Al final, se llegaría al punto máximo en el que existe una subordinación de estas tendencias parciales, bajo la primacía de los órganos genitales y una sumisión de la sexualidad a la función procreadora.    

El carácter sexual propiamente tal, surge cuando los órganos genitales empiezan su misión, cuando la sexualidad coincide y se confunde con lo genital. El placer más intenso, que sería el del coito, es concomitante al de la actividad de los órganos sexuales. 

Este complejo y gradual desarrollo de la libido tiene una importancia fundamental en la constitución de la neurosis. Sin embargo, hay órganos genitales que pueden ser sustituidos por otros órganos en la consecución de placer, tal como sucede en la estructura perversa y en la Histeria, por ejemplo.

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