“COMPULSION A REPETIR, UNA MANERA ESPECIAL DE RECORDAR. Cap IV.- La Represión"

Si bien la represión es la que impide el paso a la pulsión, es importante considerar que no recae directamente sobre ésta, ya que la pulsión se encuentra mas allá de las categorías consciente - inconsciente. Tampoco recae sobre los afectos en forma directa, ya que éstos van experimentando transformaciones para lograr acceder a la consciencia. 

La represión opera sobre los representantes representativos de la pulsión. En este proceso se conserva la energía libidinal, quedando fijada a la representación reprimida, atrayendo nuevas representaciones con contenidos de naturaleza penosa, agresiva o dolorosa, que se acompañan de afectos angustiosos no compatibles con el yo.

En el texto La Represión” de 1915, Freud manifiesta que existen tres momentos en la represión. El primer momento es el de la Represión Originaria, en el cual, al expulsar de la consciencia las primeras representaciones intolerables que se asocian a la pulsión, marcan la escisión de la vida anímica, delimitando los lugares consciente e inconsciente. Para que el mecanismo de la represión funcione, es fundamental que se constituya este momento, ya que es el que posibilita la represión posterior. Estas representaciones originariamente reprimidas serán como un imán que atraerán a la represión de las representaciones posteriores. 

El segundo momento de la represión es la “represión propiamente tal” o secundaria. Esta desplaza y mantiene en el inconsciente, las representaciones intolerables para la consciencia, que han sido magnetizadas por el núcleo del inconsciente, constituido por la represión originaria.

Como tercer momento, se encuentra el “retorno de lo reprimido”. Lo reprimido expresa su efectividad psíquica, manteniendo la tendencia a acceder de algún modo a la consciencia y de obtener algún tipo de satisfacción a través de los  sueños, actos fallidos y síntomas.

Dice Freud: “¿Qué es lo que Catarina expulsa y desaprueba con asco? 
No tan sólo la escena descubierta entre Francisca y su tío que señala un vínculo sexual sino lo que se anuda a ella, es decir, los dos recuerdos en que el tío intentó acercársele con las mismas intenciones. 
Frente a la escena de coito comienza a esbozarse una reflexión que es coartada y expulsada: "En ese lugar podría estar yo", "Lo que sentí aquella noche fue su pene erecto sobre mi cuerpo". La excitación sexual es expulsada y en su lugar, figurando el rechazo, aparece el vómito y el asco. Aquello que Catarina ha visto por la ventana se entrama con lo primariamente reprimido y por lo tanto sufre el mismo destino. 
El mecanismo de la represión es el que se pone en marcha a partir de considerar inaceptable para el yo ciertas representaciones de meta sexual directa. 
Vía retorno de lo reprimido se producen transacciones entre deseo y defensa dando lugar a los síntomas que la aquejan”.

Este ejemplo da cuenta cómo ciertas ideas o representaciones no entran en asociación con el resto de los pensamientos del sujeto. Se produce una escisión de la consciencia, que surge a partir de la defensa ante sucesos penosos, que no pueden ser tramitados y que se constituyen como traumáticos. Este impedimento implica una contención de quantum excitatorio, cuyas representaciones e ideas van formando un grupo disociado, inaccesible al yo por la voluntad del sujeto. Aún así, lo reprimido sigue activo, por lo que intentará retornar permanentemente a través de otro mecanismo.

La Metapsicología de Freud está conformada por tres aspectos: el tópico, el dinámico y el económico. Este último, se refiere al modo de tramitación de las excitaciones al interior del aparato psíquico, considerando la cantidad mínima y máxima que hay en él. Según el principio de constancia, el organismo intenta sostener lo más bajo posible y en equilibrio, las excitaciones al interior del aparato psíquico. Cuando aumenta la cantidad de excitación, el sistema intentará recuperar el estado anterior, buscando la descarga. 

En un inicio, el organismo intentará realizar una descarga total de la cantidad de energía contenida, similar al acto reflejo, pero a medida que se va desarrollando, va estableciendo mayores investiduras y modos de tramitación de las excitaciones, que hacen que las ligaduras vayan adquiriendo mayor estabilidad, contención de energía ligada a la representación y menor grado de movilidad. Es así como se van constituyendo los dos tipos de energía que distinguen los procesos primario y secundario: una, libre, que se encuentra en el inconsciente; otra, ligada, ubicada en el pre-consciente y consciente. El estado de energía libre precede al de energía ligada, siendo este último característico de un grado más elevado de estructuración del aparato psíquico.

En el Inconsciente se constituyen las representaciones-cosas, que son esbozos, elementos sensoriales: olores, sonidos, colores. Tienen cargas que se mueven continuamente, chocan entre sí, se unen o se separan, a través del mecanismo de la condensación, el desplazamiento y la simultaneidad. Su origen es primitivo, antiguo e infantil. En los sistemas Preconsciente y Consciente, se constituye la representación-palabra, que son representaciones que nominan y permiten identificar el recuerdo. Además, se realiza la ligazón de la representación-cosa a la representación-palabra correspondiente.


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