PSICOANALISIS y "El Retorno del Péndulo".
VIENE DE: "SOBRE LA SEGURIDAD. ¿Quién es el Enemigo?
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"La EXACERBACION del YO y Las TRAMPAS de la LIBERTAD, en el MUNDO CONTEMPORANEO"
Analizar
el mundo actual desde un texto tan originario de los tiempos de Freud, como es
el “MALESTAR EN LA CULTURA” es un
gran privilegio. Haber encontrado nuevos autores, psicoanalistas y otros, vinculados
a las teorías sociales, es un gran descubrimiento. No solo porque plantean
posturas interesantes, sino también, porque me ha permitido sistematizar en
forma más ordenada, ciertas temáticas que andaban dando vueltas, encontrando además una especie de identidad, desde la cual poder vislumbrar y comunicar algunas visiones relacionadas con nuestra sociedad.
Esta introducción y primer capítulo del libro “El Retorno del Péndulo”, de Zygmunt Bauman y Gustavo Dessal, me da la posibilidad de esbozar algunos conceptos
psicoanalíticos fundamentales y estructurales del ser humano, que trascienden los momentos históricos, aún
cuando van generando nuevos síntomas según las transformaciones sociales de
cada época.
Desde
hace tiempo he escuchado el concepto de “lo
líquido” como forma de caracterizar la sociedad actual. Es una palabra que
intuitivamente hace cierto sentido al pensar en lo fugaz de las relaciones, en la
farandulización de la política, en el estado de “espectáculo” en que se vive
constantemente. Es como si todo apareciera y desapareciera en forma acelerada y
sin rastro: “Todo lo sólido se desvanece en el aire”, planteaba Marshall Berman.
Lo "líquido" es un interesante concepto instalado por el sociólogo Zygmunt Bauman, que en este libro, el psicoanalista Gustavo Dessal lo relaciona con lo que el psicoanálisis llama la “caída de la imago paterna”, que refiere a los relatos, creencias, rituales e ideologías, que conforman el registro simbólico, una instancia fundamental en la constitución subjetiva y en la relación con el otro.
Lo "líquido" es un interesante concepto instalado por el sociólogo Zygmunt Bauman, que en este libro, el psicoanalista Gustavo Dessal lo relaciona con lo que el psicoanálisis llama la “caída de la imago paterna”, que refiere a los relatos, creencias, rituales e ideologías, que conforman el registro simbólico, una instancia fundamental en la constitución subjetiva y en la relación con el otro.
Además de la imago paterna, Dessal refiere al
concepto “desintrincación pulsional”, que se relaciona con la pulsión de muerte. Esta es una fuerza repetitiva y demoníaca,
individual y colectiva, que se anuda a la pulsión de vida, en una estructura de
“intrincación”, donde el amor y el deseo pone límite a las tendencias
mortíferas. En ocasiones esta estructura se “suelta”, se desprende y se produce
la “desintrincación”, llegando al
extremo de la destrucción de sí mismo y los demás.
En este mismo sentido, Bauman refiere al concepto “Hassliebe”, traduciéndolo como “una relación de amor-odio”. Alude directamente al texto de Freud y al planteamiento que hace sobre el sufrimiento y la felicidad, donde manifiesta que las tres amenazas del bienestar del hombre son la supremacía de la naturaleza, la fragilidad del cuerpo y las relaciones humanas y que el “proceso de civilización” se ha enfocado en obturarlas. También plantea que la “civilización” se ha sostenido en una transacción que nunca es del todo satisfactoria, ya que para obtener algo, siempre hay que renunciar a otra cosa.
Hasta aquí, se puede pensar que la imago paterna y su caída; la pulsión de muerte y su desprendimiento; y la renuncia, tienen relación entre sí, en tanto es el registro simbólico, instalado por la imago paterna el que permite establecer límite a la pulsión poniendo tope, a partir de su renuncia a la satisfacción y de los diversos mecanismos que tiene el sistema psíquico para lograr encausarla.
Hasta aquí, se puede pensar que la imago paterna y su caída; la pulsión de muerte y su desprendimiento; y la renuncia, tienen relación entre sí, en tanto es el registro simbólico, instalado por la imago paterna el que permite establecer límite a la pulsión poniendo tope, a partir de su renuncia a la satisfacción y de los diversos mecanismos que tiene el sistema psíquico para lograr encausarla.
Bauman
plantea esta renuncia a partir de
los ejes Libertad-Seguridad, que han
existido a lo largo de la historia humana, al estilo de un Péndulo. El ejemplo
más claro es que en tiempos de Freud se renunciaba a gran parte
de la libertad, a cambio de un aumento en seguridad, dando paso al proceso
civilizatorio. Es decir, para participar de la civilidad cultural, había que
renunciar a las propias pulsiones, produciendo esto un cierto malestar. La pregunta de Bauman es si en estos
tiempos esta transacción ha sido revertida, primando más la libertad que la seguridad, aún cuando el malestar
humano continúa igual, en tanto se instala el sentimiento de incertidumbre
permanente.
Dessal comparte con Bauman esta visión si se aplica a un sujeto individual o colectivo. Sin embargo, si se vincula el tema de la Libertad a la satisfacción se vuelve más complejo, ya que
en el psicoanálisis esta satisfacción se instala en el registro de la pulsión
(TRIEB), que se caracteriza por ser acéfala, sin comando y sin garantías de llevar a algo positivo para los sujetos. De hecho, se ha planteado que las
personas pueden llegar a ser esclav@s de sus pulsiones.
En relación al tema de la Seguridad, Dessal también la desliga del registro de la renuncia a la satisfacción. Además, agrega una cuarta fuente de malestar a las mencionadas por Freud y que, según el autor, sería la tesis central de "El Malestar en la Cultura": "de todos los miedos que nos amenazan, el más temible es aquel que nos acecha desde el interior de nosotros mismos(...) estamos siempre amenazados ante la posibilidad de nuestra propia traición", dice. En este punto, alude especialmente a la pulsión de muerte y de autodestrucción: “Todestrieb”, planteando que toda seguridad que se ofrece para cuidarnos de la incertidumbre es en sí misma imposible y mentirosa, teniendo solo cabida a partir de un consentimiento subjetivo, que pone en juego ciertos mecanismos inconscientes, que tienen efectos en la complejidad de la vida social.
Vincular "lo líquido" a ciertos conceptos psicoanalíticos fundamentales y estructurales del ser humano, permite entender, desde otras perspectivas, la sociedad actual. Desde aquí, se hace posible la escucha de ciertos discursos, constructos culturales y formas de transmisión de los mensajes, que comandan a las personas sin saberlo, que van constituyendo nuevas subjetividades y dando lugar a síntomas específicos de la sociedad contemporánea.
En relación al tema de la Seguridad, Dessal también la desliga del registro de la renuncia a la satisfacción. Además, agrega una cuarta fuente de malestar a las mencionadas por Freud y que, según el autor, sería la tesis central de "El Malestar en la Cultura": "de todos los miedos que nos amenazan, el más temible es aquel que nos acecha desde el interior de nosotros mismos(...) estamos siempre amenazados ante la posibilidad de nuestra propia traición", dice. En este punto, alude especialmente a la pulsión de muerte y de autodestrucción: “Todestrieb”, planteando que toda seguridad que se ofrece para cuidarnos de la incertidumbre es en sí misma imposible y mentirosa, teniendo solo cabida a partir de un consentimiento subjetivo, que pone en juego ciertos mecanismos inconscientes, que tienen efectos en la complejidad de la vida social.
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