"LA TRANSFERENCIA COMO ARMA DE LA RESISTENCIA" Cap II.- La Constitución del Trauma

Hasta aquí se han tomado algunos conceptos sobre las complejidades que se establecen en la relación resistencia-transferencia y de las "artimañas" y trampas que utiliza el ser humano para evitar explorar en sí mismo. Surge nuevamente la pregunta: ¿De qué se defiende el Sujeto? ¿Por qué no quiere saber nada de si mismo?

Si se sigue en la línea establecida por Freud sobre “lo sexual” se podría pensar que el sujeto no quiere saber nada de lo sexual. ¿Por qué?

Dolores Castrillo Mirat, en su texto“Defensa” se pregunta ¿Por qué hay que defenderse de la satisfacción pulsional? Si la tendencia del aparato psíquico, gobernado por el principio del placer, es la de alcanzar la descarga de las tensiones, ¿Por qué la satisfacción de la pulsión es una amenaza interna de la que hay que protegerse y erigir todo tipo de barreras?

En 1894, en el texto “Psiconeurosis de Defensa”, Freud ya esbozaba la idea de que una satisfacción no siempre produce bienestar, sino que también puede producir malestar (esto lo trabaja posteriormente, con mayor profundidad en “Más allá del Principio de Placer”, en 1920). Esta idea nos conduce al concepto de trauma y su etiología.

En la constitución del trauma se establecen dos tiempos. En el primero, existe una experiencia sexual que no tiene significado para el sujeto, en tanto éste no dispone de las representaciones o de los significantes para otorgarle un sentido (Es lo que se conoce cuando se dice “me quedé sin palabras”). Luego, en un segundo tiempo, este primer acontecimiento puede ser re-significado.

Un ejemplo extremo que puede servir para entender este proceso, son las situaciones de seducción y abuso infantil: el niño que es seducido sexualmente por alguien querido y de su confianza, en un inicio no entiende lo que sucede e incluso puede encontrarlo agradable y normal (esto se muestra claramente en una trágica telenovela llamada “El Laberinto de Alicia”). Es después, en un segundo momento, que el sujeto significa esta situación como algo “malo”, implicando ya una elaboración en torno a un concepto moral. 

Es este conflicto el que suscita la angustia, frente a la cual empezarán a surgir diversos modos de defensa: insatisfacción, ideas obsesivas, reproches, culpas, objetos fóbicos, síntomas. Lo particular de este concepto de trauma es que no siempre se trata de que alguien "externo" haga un daño: los niños tienen sensaciones sexuales desde pequeños y el solo hecho de que un niño sienta un placer sexual propio y se vea confrontado éticamente a él, daría pie para instalar este proceso 

Si bien Freud desarrolló este concepto de trauma a partir de su trabajo clínico con los pacientes, posteriormente estableció que este "primer momento de no-significación", esta ausencia de significante a la experiencia de satisfacción, instalaría una laguna en las representaciones, un agujero en el saber del inconsciente, que resultaría ser estructural y constitutivo del sujeto.

Viene de: "La TRANSFERENCIA como ARMA de la RESISTENCIA". Cap I.- Introducción

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