X.- ANGUSTIA EN LOS TIEMPOS QUE CORREN: "Nuevas lógicas de lo NO-REPRESENTABLE"

VIENE DE: IX.-ANGUSTIA EN LOS TIEMPOS QUE CORREN: "¿La exposición como alivio de la Angustia?"

En situaciones de guerra, la muerte se presenta de diversas manera: la de los “enemigos” se trata de una mera cuestión de números, que puede exponerse al público; en cambio, la de los sacrificios post-guerra de los soldados occidentales se vuelve algo extremadamente traumático. El hecho de que hoy en día, las guerras se llevan a cabo desde la distancia, hace que los mismos soldados tomen su propia muerte como algo inimaginable.

En este sentido, el arte también ofrece ideas en relación a estos temas. Históricamente siempre se ha interesado en la mortalidad/inmortalidad, tanto por reflexión, como por encontrar algún tipo de esperanza en que las creaciones permitan algún tipo de inmortalidad, simbólicamente, después de la muerte física, o bien, diseñando formas de preservar el cuerpo. Por ejemplo, Orlan, Stelarc y Marcel-lí Antunez Roca utilizan técnicas de informática para momificar el cuerpo, colocándolo en una galería de arte, donde los visitantes se comunicarían a través de un dispositivo electrónico, en la eternidad. O bien, creando metacuerpos en los que los órganos serían reemplazables, la piel más durable y el cuerpo no tendría expectativas, memoria, deseo, ni la carga de tener que vérselas con el nacimiento y la muerte, ya que la reproducción estaría sustituida por el rediseño y el acto sexual por la interfase sujeto-máquina. 

La propuesta de base es que las nuevas tecnología, computadoras, los desarrollos en genética y medicina, pueden ayudar a crear cuerpos inmortales. Esto ha influido también en el arte, hasta llegar al punto de utilizar cadáveres reales, cuerpos lastimados o discapacitados e incluso de exhibir experiencias de nacer y morir, para sus proyectos artísticos y científicos (ej. Anthony-Noel Kelly, Gunter von Hagens, Joe-Peter Witkin, Ilya Chichking, Richard Shannabrook, entre otros).

Seguramente a los antepasados les costaría mucho entender que un robot, algunos tipos de maquinarias o un cadáver real, sean objetos de arte. Es porque la lógica que tiene la sociedad actual sobre lo que representa el arte ha cambiado radicalmente, enfatizando especialmente lo no representable de la falta como tal.  

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